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LOS SINDICATOS, PARTE DEL PROBLEMA

La Huelga General convocada para el próximo 29 de septiembre, lejos de ser una manifestación para reivindicar los derechos de los trabajadores, puede servir para que, empresarios que durante ese día tengan servicios mínimos, declaren pérdidas importantísimas con todo su derecho.
Con lo que está lloviendo no solo en este país, sino en el resto del mundo, se hace llamativo que se convoque a un paro general a los pocos afortunados que hoy día presumen de un puesto de trabajo. No es lógico que en época de crisis, en un tiempo donde casi todo es insostenible, pretendamos parar lo poco que hace crecer en beneficio al Estado de Bienenstar y a las empresas, por ende, a los trabajadores.
Los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, durante el primer periodo de crisis, el más cruel, han negociado despidos con empresarios en infinidades de empresas y factorías españolas, en vez de luchar por mantener puestos de trabajo.
En cierto modo, cuando los trabajadores realmente han sentido la necesidad de estar apoyados, estas centrales sindicales, no han negociado mantener el sueldo de los trabajadores, sino un despido.
En un folleto repartido por las calles, critican los sindicatos que el Gobierno español y los europeos, han defraudado a los que representan. De igual modo muchos creemos que, los sindicatos, defraudan cada dos por tres a los trabajadores. Critican un severo recorte del gasto público sobre las espaldas de los españoles, sin embargo, ellos no renuncian a una subida en las subvenciones millonarias que reciben del Gobierno. Quiza va siendo hora de que los trabajadores no afiliados a los sindicatos, también reivindiquemos que, al igual que reivindicamos con la Iglesia, no se beneficien del dinero de todos los contribuyentes, pues todos los cobntribuyentes no están para nada de acuerdo, no con los sindicatos, sino con quienes los representan, cobran por ello y a juicio de muchos, no realizan para nada una labor digna de ser pagada.
Durante mucho tiempo, se ha dado la portunidad a los sindicatos de negociar colectivamente con las empresas, pero después del poco éxito que se augura a la Huelga General, habría que plantearse que, a partir de ahora, cada trabajador negocie con la empresa sus condiciones porque cada trabajador, tiene unas necesidades y les podrá o no interesar unas u otras. Un ejemplo claro sería negociar un despido en una empresa donde hay trabajadores con hijos y otros sin hijos. Quizá a una mayoría, antes de negociar el despido, le gustaría negociar una reducción de jornada laboral y seguir llevando el pan a casa. Pero no. Por las negociaciones colectivas, hoy día hay un número de desempleados en España, fruto de esa negociación de sindicatos con patronos. Y ahora plantean la Huelga. Afortunadamente, el tiempo pone a cada uno en su sitio, y sí, irá gente a la Huelga y otros la secundarán, pero una inmensa mayoría, ya se ha cansado del papel que han venido jugando los sindicatos en algunos aspectos laborales de la vida de muchos trabajadores hoy en paro. Una Huelga habría que hacerla hoy para reivindicar crear empleo y detrás, todos los parados. Otra Huelga, también podría hacerse en contra de los sindicatos, por haber negociado despidos en muchas empresas cuando su labor es luchar por mantener los puestos de trabajao. Pero no se nos olvide que, aquellos que han negociado despidos, aquellos que dicen representar a los trabajadores, en una empresa, son siempre los últimos en dejar de percibir un sueldo porque las leyes les protegen. De ahí que, al aprecer, no importe que el resto pierda su puesto de trabajo. Siempre he apoyado los derechos de los trabajadores, porque yo lo soy. Siempre reivindicando para mejorar la calidad de vida en el trabajo. Pero en momentos de apretarse el cinturón, nos lo apretamos todos, tiramos del carro juntos y salimos de una vez de esta maldita crisis que a tantos y tantos se ha llevado por delante. Una vez solucionado el problema, será hora de reivindicar porque lo cierto es que, durante muchos años, se supone que se han hecho las cosas mal por parte de empresarios, bancos, etc..., pero, ¿dónde estaban los sindicatos entonces?. Si sabían que se estaba haciendo mal, no hicieron su trabajo y nos engañaron a todos. Si no sabían que se estaba haciendo mal, su trabajo no lo hicieron bien y por tanto, los que hay, no valen para representarnos.

EUROPA HABLA. LA VOZ DE UNA INMENSA MAYORÍA

Francia está siendo en las últimas semanas protagonista mundial en informativos y opiniones de la sociedad, por una serie de decisiones que ha llevado a cabo el gobierno de Sarkozy, unas decisiones que han creado un sin fin de reacciones por parte de otros mandatarios de diferentes países. Nunca he llegado a entender por qué los políticos, dentro de lo “políticamente correcto”, intentan hacer ver a la ciudadanía lo contrario de lo que ésta piensa y cree, acusando siempre al ciudadano que opina distinto que los políticos o haciéndole ver a la persona, que es ella la que se equivoca y no los gobernantes, si bien es cierto que “en la intimidad”, muchos políticos, tienen una visión totalmente distinta a la que muestran en público, pero la disciplina de partido o el quedar bien, les hace a veces ser más hipócritas de lo que normalmente suelen ser. El gobierno francés, ha cogido el toro por los cuernos y ha decidido devolver a sus países de origen a todos los gitanos rumanos y búlgaros que mal vivían en Francia. Personas sin recursos, sin ninguna garantía de bienestar para sus hijos o mayores y que no tenían un futuro prometedor a corto o medio plazo. Es indignante que a día de hoy se juegue así con el sentimiento y la dignidad de las personas pero que nunca se nos olvide que las personas para los gobiernos, los Estados y países, no somos más que meros datos. Datos positivos o negativos, pero datos. A pesar de que somos parte de la Unión Europea, que tiene normas por las que se rigen algunas políticas como la del libre mercado o libertad de movimiento de los ciudadanos, ningún país debe entrometerse en las decisiones de otro que mira por el avance, la sostenibilidad de sus ciudadanos y por mantener un estado de bienestar que puede mermar por la mala gestión de un tercero, y les explico. No se puede machacar a Francia por la decisión que ha tomado. Nos podrá parecer mejor o peor, pero está en su derecho para poder hacerlo. Rumanía y Bulgaria, deberían preocuparse para que los ciudadanos de estos países, reciban el mismo trato que exigen a Francia. Qué lecciones de moralidad puede dar el gobierno rumano cuando la mayoría de sus habitantes, según las encuestas publicadas en los medios de comunicación, arrojan datos escalofriantes sobre la percepción del gitano en Rumanía y más aun, qué puede exigir el Presidente de Rumanía al resto, cuando él tuvo la desfachatez de insultar a una periodista llamándola “gitana asquerosa”. El Parlamento Europeo, las asociaciones internacionales y el resto de países que han opinado que lo de Francia es una atrocidad, deberían antes de hacer eso, postularse y exigir a Rumania, un trato más humano hacia estas personas, pues con el ejemplo, se llega a todas partes. Nadie puede exigir a Francia, a que mantenga de mala manera y sin recursos mínimos necesarios, lo que otros no son capaces en sus países y ni tan si quiera lo intentan, es más, huyen de hacerlo, escurriendo así el problema al resto de países. En definitiva, que Sarkozy y los franceses, sabrán de sobra con lo que pueden y no pueden hacer frente y está claro que, aunque sea una auténtica atrocidad en pleno siglo XXI, no se puede exigir a un país que aguante con los que otros no pueden. Solidaridad, toda la del mundo, pero en la calle, el debate y la opinión llevan a esta reflexión, a pesar de que en los medios de comunicación, todos son más solidarios de lo que pudieran serlo “en la intimidad”.
Otro caso que ha llevado al gobierno francés a estar en boca del resto del mundo, ha sido la decisión de prohibir llevar Burka en espacios públicos. De nuevo, gobiernos, asociaciones, partidos políticos y religiosos, critican la decisión de un parlamento y un gobierno soberano, elegido por el pueblo. Solo un voto en contra de la decisión. A los representantes de muchas asociaciones, en ocasiones cegados por su “minuto de gloria”, se les escapan opiniones sin fundamentos que no tienen ni pies ni cabeza. Resulta que, critican que Francia decide prohibir el Burka en espacios públicos. Sin embargo, no critican que en Turquía, donde un 99% de la población profesa la religión Islámica, está prohibido el uso del Burka en espacios públicos desde el año 1980 porque así lo decidió su parlamento. Pero no contentos con estos, seguidores de esta religión, pretenden boicotear una decisión soberana en Francia y no lo hacen en Turquía. No podemos estar incordiando de este modo a los gobiernos. No podemos exigir a unos, lo que otros no cumplen. Si la Unión Europea critica a Francia por esto, ¿dejarán a Turquía ingresar en la Unión Europea sin que antes deroguen la ley que prohíbe el uso del Burka?. Hay que ser más sensatos y realistas, y la realidad es que hay una mayoría que se incomoda con algo que, en la mayoría de los casos, es una imposición a la mujer, que con miedo, nunca dirá que es algo impuesto, y eso lo sabemos. Y no se nos olvide que, la realidad también pasa porque a Europa, los extremistas la quieren hacer comulgar con ruedas de molinos. En el año 2009, Fátima Hassini, de origen marroquí, no declaró ante un juez en España porque no quería quitarse el Burka para ser identificada. He aquí una muestra de lo que es imposición y una falta de adaptación a las leyes de un país avanzado. La libertad religiosa, no pasa por imposiciones y mucho menos, imposiciones a un país en donde la religión, no está por encima de la cultura ni donde la religión es la cultura por la que se rige el comportamiento de sus ciudadanos.